domingo, 4 de octubre de 2015

¿A quién pertenece este cadáver? El misterio de la tumba macedonia de Anfípolis. Hay cinco muertos y muchos candidatos: Hefestión, Olimpíade, Roxana y Alejandro Heracles, e incluso Alejandro Magno. ¿Lo resolverá Arsuaga otra vez?

El día uno de octubre saltó la noticia a los medios: Tras varios años de excavación en el túmulo en Anfípolis (Grecia), encontraron la que supuestamente es la tumba del mejor amigo de Alejandro, Hefestion. Ver noticia en 
Según lo que dice la arqueóloga Katerina Peristeri en ese artículo: “Asumimos ya que se trata de un “heroon”, un túmulo honorífico a los héroes, dedicado en este caso a Hefestión», luego añade: «No sabemos si está enterrado aquí».
Pero nada está claro. Desconfío, y desconfío mucho, verán por qué:
En principio, a los arqueólogos griegos les encanta el espectáculo y el secretismo. Lo vimos con la tumba real de Filipo II, el padre de Alejandro, porque estuvieron enseñando durante años en Vergina, una tumba equivocada. Y todo por no pedir antes que examinaran los huesos. El error lo corrigió este verano un español, el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca. Arsuaga se desplazó hasta Grecia en junio y encontró la tumba correcta, que por cierto no era la más lujosa, desvelando que coincidía con lo que se sabía de Filipo II: tuerto, lisiado de una pierna y muerto asesinado en la cuarentena. El cadáver que había en aquella tumba coincidía con esas característica, incluso estaban enterrados con él una mujer joven y un niño, que pueden ser el cadáver de su última esposa y de su hijo recién nacido. No olvidemos que después del magnicidio de Filipo II, Olimpíade, la madre de Alejandro Magno, asesinó al bebé de la nueva esposa de Filipo en la cuna, la madre del niño llamada Cleopatra, al ver el cadáver se suicidó de la desesperación. Tal vez sean los que reposan con él en la tumba.
Pero ahora encontramos otra tumba polémica, la de Anfípolis. Hay huesos de dos hombres de 35 y 45 años, una mujer de 60, un recién nacido y otro de un adulto que es el único que han incinerado. Los hombres miden 1,68cm y 1,65 cm. Es una tumba lujosa, no ha sido saqueada, cosa bastante infrecuente porque los Celtas invadieron Grecia en el año 279 a.C. y se llevaron todo lo que encontraron por delante. Otro dato es que la han datado entre finales del s. III a.C y principios de IV a.C. Un misterio ¿Quién puede estar enterrado en Anfípolis? Desde luego alguien rico, porque la tumba tiene una exquisita decoración helenística. Ver fotos en el National Geografic.
La polémica está servida. Veamos qué opinan los arqueólogos.
Andrew Chugg, experto en Alejandro Magno, tiene su teoría publicada en un artículo en Discovery News. Ver artículo en: http://news.discovery.com/history/archaeology/greek-tombs-female-forms-hint-olympias-may-lie-within-140924.htm
En este artículo dice que las esculturas femeninas que flanquean la entrada a la segunda cámara podrían ser específicamente klodones, sacerdotisas de Dioniso con quienes trató Olimpia, la madre de Alejandro Magno. En principio me pareció razonable la opinión de Chugg por dos razones: los campesinos llaman a este lugar la tumba de la reina, y que en efecto Olimpíade murió con 60 años. Pero se me ocurren varias razones para que los macedonios no enterrasen a Olimpíade en suelo patrio: era una princesa de Épiro, por lo tanto extranjera; y la segunda es que se dedicó a matar a varios miembros de la familia real macedonia (dicen que seguramente eliminó al príncipe Caranos; hubo rumores de que instigó el crimen de su esposo Filipo II; pero lo que sí es seguro es que torturó al rey Filipo Arrideo, y a su esposa Eurídice Adea, y les obligó luego a suicidarse); además, murió linchada por los familiares del rey Filipo Arrideo y de su esposa Eurídice. Si es su cadáver, más vale que vaya Arsuaga otra vez a Grecia, seguro que sus huesos cantan, debe de tener las marcas del linchamiento en todos los huesos de su cuerpo.
La segunda especulación es que esté enterrado en Anfípolis el amigo íntimo de Alejandro Magno, Hefestión. Esta especulación la ha lanzado la arqueóloga Katerina Peristeri, basándose en que ha aparecido hasta tres veces la palabra griega “dedicación” y la del general de Alejandro “Hefestión”.  
            Hefestion fue el amigo de la infancia de Alejandro Magno que murió unos meses antes que él en Ecbatana. A favor de esta teoría está que fue incinerado en unos funerales que organizó para él Alejandro Magno en Babilonia, con lo cual podría ser el único cadáver incinerado de la tumba. Pero luego está el problema de los otros cadáveres que le acompañan, ¿de quién es ese niño? Es bien conocido que Hefestion no tenía hijos, su única esposa conocida era una princesa persa, Dripetis, que le sobrevivió sólo dos años, puesto que Roxana se encargó de envenenarla.
También podríamos especular que Hefestión es uno de los cadáveres de la tumba no incinerados, en concreto puede ser el varón de 34 años, aproximadamente la edad de Hefestion cuando murió, además está la altura, que es de 1,68 cm que en aquella época pasaba por ser un hombre alto, y se sabe que Hefestión era más alto que Alejandro Magno. Pero el problema está en saber quiénes son los otros que están con él y si realmente su cadáver llegó a Macedonia en los convulsos años que siguieron a la muerte de Alejandro, porque ¿ quién pagó la tumba?. Alejandro dejó encargado a su arquitecto Dinócrates que hiciese la tumba monumental de su padre en el monte Atos, y nunca se llegó a hacer. De hecho el padre de Alejandro Magno, Filipo II tiene su tumba modesta en Vergina.   
Hay que descartar a Roxana, la mujer de Alejandro Magno y a su hijo Alejandro Heracles. No se corresponden las edades con las de los cadáveres. En efecto, los asesinó Poliperconte en Macedonia, pero nadie sabe qué ocurrió con ellos.
Luego, la insinuación más disparatada es la última, que hizo la arqueóloga Katerina Peristeri cuando le preguntaron si podría ser la tumba de Alejandro Magno. Dijo aquello de “nada puede descartarse”. Entonces podemos romper varios párrafos de las fuentes clásicas que nos dicen que Alejandro se hallaba enterrado en la tumba monumental de Alejandría conocida como el Sema. Incluso podemos tachar a Suetonio de mentirosillo cuando dijo aquello de que Octavio mandó abrir en Alejandría el sarcófago de Alejandro, le colocó una corona y le rompió la nariz. Vamos, que si es Alejandro Magno el que está en Anfípolis, entonces Elvis está vivo.

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